Nacido allí el 18 de septiembre 1854, Ameghino fue el primer hombre de ciencia argentino cuyo trabajo tuvo genuina repercusión internacional; y
cuando la muerte lo alcanzó en La Plata, el 6 de agosto de 1911, los resultados de sus investigaciones sobre los mamíferos fósiles sudamericanos, ya eran una pieza significativa en el entramado de esa Paleontología evolucionista que había comenzado a edificarse después del advenimiento del darwinismo.
Con todo, y aquí ya voy entrando en el tema que habrá de ocuparte en estas páginas, su posteridad le ha sido un poco mezquina. En honor a la cantidad apabullante de géneros y especies que identificó y clasificó, Ameghino es valorado como un cazador de fósiles pertinaz y prolífico.
Pero, al mismo tiempo, se lo suele retratar como siendo algo confuso e incoherente en lo atinente a los fundamentos teóricos de sus investigaciones.
Un retrato muy inexacto que tiende a persistir porque está en consonancia con lo que, en general, se piensa sobre lo que puede y debe ser la ‘ciencia periférica’: una ciencia eficiente y diligente en el desarrollo de agendas de investigación establecidas y delineadas en los ‘países centrales’, otrora llamados ‘las grandes naciones científicas’.
El humilde y esforzado científico periférico ejecuta un programa que él no ha concebido y sobre cuyos fundamentos no precisa pensar demasiado: sólo lo necesario para poder desempeñar con eficiencia su función subalterna; que, según se supone, es la de colectar y organizar datos para ser interpretados allende los mares.
En este sentido, el hecho de que Filogenia: principios de clasificación transformista basados sobre leyes naturales y proporciones matemáticas haya tenido‘menor difusión en Europa y los Estados Unidos que otros trabajos de Ameghino’, no fue, como dijo Julio Orione ‘un extraño azar’; ni tampoco se debió sólo al hecho de que su edición en francés haya ocurrido recién en 1919.
Filogenia, que será el objeto de este estudio que estoy presentando, no fue tan considerada como sí lo fueron otros trabajos de Ameghino, porque no era una obra empírica.
Era la concepción de un programa teórico; y no su mera ejecución. Filogenia era una ambiciosa obra teórica y metodológica en la que se pretendía delinear el programa a ser seguido por esa Paleontología evolucionista que había comenzado a articularse después de la publicación de On the origin of species.
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